19.8.07

una novia alemana en costa rica


El chabón se va a Costa Rica a visitar una novia alemana. Se lleva el porro en la media y sus discos de Las Pelotas en el bolso. Por Ezeiza pasa tranquilo. No porque no haya controles. Sino porque está tranquilo. ¿Quién te mira cuando estás tranquilo? La estación Olleros línea D, por ejemplo. No hace falta comprar la tarjeta. Alcanza con animarse y pasar. Es una buena terapia. El chabón este, mi amigo, pasó. Y allá anduvo por las calles de San José, fumando porro argentino y caminando en ojotas brasileras. Se llevó un libro de Jack London que le presté. Y la recomendación de que viera Rocky, la última, la que te lo muestra viejo y vencido, pero con mucha dignidad. Como Clint en Los Imperdonables. O Johnny Cash en Hurt. Lo quiero mucho a mi amigo. Cuando leo sus notas le digo: boludo no te la creés ni un poco la del management, ¿no? Pero hijo de puta, ¡qué bien que te sale! A veces, cuando se da la oportunidad, el tipo te mete una crónica. Entre el asunto del liderazgo y el quilombo de la sucesión. Un ejecutivo que se pira y larga todo. O un chabón que llega a la cima y quiere más. ¡Más! ¡Siempre hay gente que quiere más! Mi amigo no.Tendrían que verlo. Con sus camisas a cuadros fuera del jean y su silencio ante todo. Su cara de nada. Escribiendo como si fuera hacer una lista... Cuando le pregunto cómo hace, él obviamente no me contesta. Pero sonríe (a nadie se le niega una sonrisa) Y ... se va. Y es que, ¿da para otra cosa cuando te espera una novia alemana en Costa Rica?

10.8.07

el dilema del farolero

Hoy me tocó lidiar con un farolero. Alguien que puede cagarte y salvar al mundo en la misma acción. Un pase de manos, una alegría en la manera de acentuar las frases y ya está. Listo el pollo. Arrivederchi. Si te he visto, no me acuerdo.

Ahora... no deja de tener su costado obicuo el asunto. Porque así como te caga, te salva de la catástrofe cuando podría no hacerlo. O sea, sin que te lo deba. Sin que haya sido parte del trato. Sólo porque sí, porque tocó. Porque es farolero. La palmadita en la espalda antecede al puñal, pero también a la oportunidad que se te abre si te sumás a tiempo. Y está el problema: ¿lo abrazás o lo cagás a trompadas?

6.8.07

tirarse a la pileta

O algo así. A veces no importa tanto que no haya agua, sino saltar. "Vos largá, después ves", me dice un amigo que sabe lo que quiere. Yo no diría que no sé. Pero sí que no tengo esa determinación. Por lo menos hoy. La loza radiante está al máximo y vuelve irreal la temperatura que marca el Firefox al costadito de la pantalla. Como la nevada. O la neblina. O el granizo. Demasiadas cosas irreales que se vuelven reales. Y yo acá, pisando el fondo seco de la pileta. Sin agua, pero con sol.