31.3.09

ese Alfonsín

Respeto el dolor
de mis amigos
radicales.

Pero para mí
el mejor Alfonsín
fue el último:
el que ayudó a Duhalde
--cuando todos le daban
la espalda-- a terminar
la convertibilidad:
un cáncer que idolatraba
la clase media
argentina.

Ese Alfonsín
y no otro.

El que una noche
de cacerolazo
se bajó de su coche
a defender con sus puños
de sesenta y pico de años
el honor que algunos
pretendían mancharle.

Todo lo demás
es importante
pero no me toca.

16.3.09

man in black 7 (secuestro en Jamaica 8)

A la policía jamaicana parece que le gusta la velocidad. Capturaron al tipo armado aquella misma noche, con su parte del botín, y lo mataron cuando se resistió a ser arrestado. También mataron a los otros, cuando unas semanas más tarde, tras una corta estadía en prisión, trataron de escapar.

No me sorprendió la noticia. La policía había guardado silencio sobre el asunto -ni siquiera nos había comunicado la captura del primer tipo- pero recuerdo que a la mañana siguiente del robo un oficial nos aseguró que los ladrones serían atrapados y que tendrían su merecido.

"No se preocupe, señor Cash -me dijo-. Esa gente nunca más lo molestará a usted o a su familía. Puede estar seguro de eso".

Ahora comprendo que sus palabras expresaban más de lo que yo entendí en aquel momento. O tal vez lo entendí perfectamente, pero quería imaginar lo contrario.

¿Qué pienso de todo esto? ¿Cuál es mi postura ante la justicia sumarísima, aplicada no oficialmente, en el Tercer Mundo?

No lo sé.

¿Ustedes qué opinan?

¿Cómo me siento? ¿Cuál es mi reacción emocional ante el hecho (o por lo menos la clara posibilidad) de que aquellos jóvenes y desesperados yonquis, que amenzaron y traumatizaron a mi familía, y podían habernos asesinados a todos (quizás sin pretenderlo), terminaran ejecutados por sus actos?

¿O asesinados o liquidados como perros o como quieras llamarlo?

No tengo respuesta.

Lo único cierto es que siento aflicción por esos jóvenes desesperados y las sociedas que los producen y los sufren en gran número. Y que siento que yo conocía a esos chicos.

Algo nos unía, a ellos y a mí.

Supe cómo se sentían, su necesidad.

Eran como yo.

6.3.09

los que cabalgan

No todos los días se puede volver contento a casa. A veces es el trabajo el que te desilusiona, y a veces un amigo. Enojarse con un amigo es dificil porque uno lo quiere. Y uno no puede enojarse con él como si fuera cualquier hijo de vecino.

Cuando alguien olvida la zanja, también olvida la sangre que perdió el desobediente, el que vio que es injusto esperar. La paciencia que perdió Chacho Peñaloza o López Jordán

Tengo una teoría: si en la escuela te enseñaran más la vida de los caudillos, los pibes ya no se coparían tanto con los ídolos de rock.

O sí.

Se coparían.

Pero los relacionarían más con outlaw Pete o Johnny Cash.

Y ya se sabe que los que cabalgan
se sienten capaces de todo.