Cuando alguien olvida
la zanja
también olvida la sangre
que perdió;
el desobediente,
el que vio que era
injusto
volver a esperar.
La paciencia que agotó
Chacho Peñaloza.
La sangre en el ojo
que afloró en López
Jordán.
Tengo una teoría:
si en la escuela
te enseñaran más
la vida de los caudillos,
los pibes
ya no se coparían
tanto
con los ídolos de rock.
O sí.
Se coparían.
Pero los relacionarían más
con outlaw Pete
o Johnny Cash.
Y ya se sabe que los que
cabalgan
se sienten capaces
de todo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario